El mundo se compone principalmente de imágenes y sonidos. Pero qué ocurre cuando sólo tienes acceso a uno de estos sentidos…. ¿Te imaginas cómo sería experimentar el mundo si no pudieras escuchar? Y es que claro, desde pequeños, muchas personas sordas tuvieron que aprender a leer labios para comunicarse con los demás.
Pero leer los labios no es como leer un texto claro y legible.
Porque el rostro humano no es como un libro, y todas las personas se comunican de forma diferentes: balbucean, tienes acentos, hablan rápido, se ríen o se cubren la boca.

Eso, sin contar el lugar o contexto: no es lo mismo hablar frente a frente en el comedor que en medio de una fiesta.

Leer los labios es como armar un rompecabezas, en donde muchas de esa piezas no encajan.
Es maravilloso, que pese a todo, la comunicación se produzca.
Por alguna misteriosa y bella razón, personas que escuchan y personas que no pueden hacerlo, logran conectar.
