Durante 50 años, DiPor, una elefante asiática, se ha dedicado a trabajar para el hombre. Ella ha pasado la mayor parte de su vida encadenada, siguiendo órdenes, mirando el bosque pero sin poder acercarse y disfrutando de las horas en las que el sol no le da de lleno en la cabeza.

Una vida bastante miserable, o por lo menos hasta que su único defecto la salvó. DiPor estaba vieja y sufría de una lesión en una pierna, por lo que las personas que la tenían, la decidieron dejar en libertad.
Su vida desde entonces, dio un giro de 180º:
Cuando le quitaron la cadena que rodeaba su cuello, DiPor pensaba que iba a trabajar como cualquier otro día:

Pero unos humanos desconocidos, los voluntarios de la Fundación Salva al Elefante, la guiaron hasta otro lugar:

Un camión la estaba esperando con golosinas. Estaba acolchado para que sus pies no se resbalaran. Y además, contaba con una frazada para que no pasara frío durante la noche:

La llevaron hasta el Elephant Nature Park, un santuario para elefantes de Tailandia, en donde se preocuparían de darle todo el amor y cuidado que se merece por el resto de su vida:

Cuando llegó a su nuevo hogar, todos notaron que estaba feliz:
“Ella parece muy confiada. Se dirigió hacia el campo para ver lo que había para comer”.
– escribió Lek Chailert, una voluntaria del santuario Elephant Nature Park, en su cuenta de Facebook. –

DiPor siguió caminando por los extensos terrenos del santuario y se hizo amiga del resto de los elefantes:

Su vida en adelante será maravillosa, y lo más importante, de absoluta libertad:

¿Qué te pareció la historia de DiPor?