Todos hemos sido adolescentes y sabemos cómo se siente cuando queremos hacer algo que quizás nuestros padres no quieren que hagamos. Independiente de si entendemos que muchas veces se niegan por nuestra propia seguridad e integridad, la tentación a veces puede más. Es ahí cuando nos vemos enfrentados a dos cuestionamientos: ¿hacer lo que queremos o no? y si lo hacemos ¿les decimos a nuestros padres o lo mantenemos como un secreto?
Personalmente tengo que admitir que aunque muchas veces hacía cosas que sabía enojarían a mi madre, las hacía igual… aunque muchas veces terminaba contándole yo misma. Siempre pensaba que si un día se enteraba, sería mucho peor que se enterara a través de otra persona.
Sin embargo, hay padres que han llevado esta filosofía de crianza incluso más allá, prefiriendo mantener los canales de comunicación abiertos por sobre imponer castigos que creen son innecesarios. Este es el caso de Gracie X, escritora, esposa y madre de adolescentes, quien finalmente ha comprobado que su forma de crianza es la correcta.
Entonces ¿cómo podemos lograr que nuestros futuros adolescentes nos digan la verdad incluso cuando es complicado? Gracie propone 3 pasos.
1. Permite que tus hijos tengan ideas y valores propios
Gracie cree que la clave está en permitirle a nuestros hijos, desde pequeños, que tengan su propia personalidad. Después de todo, son personas independientes, incluso si alguna vez estuvieron dentro de nuestro cuerpo:
“Esfuérzate por ver a tu hijo o hija adolescente como un individuo separado de ti. Deja que expresen esta individualidad y recuerda que no somos dueños de nuestros hijos”.
De esta forma comprenderán que pensar diferente no es sinónimo de estar haciendo algo malo y tendrán muchas menos dudas a la hora de contarte lo que realmente sienten y piensan.
2. Demuestra curiosidad
Demuestra un interés genuino por la vida de tus hijos, no sólo para asegurarte de que toman buenas decisiones, sino que para conocerlos a fondo.
“Si muestras curiosidad por cosas pequeñas, estarás abriendo un portal de comunicación a cosas más grandes”.
Otra forma de demostrarles a los niños que contigo tienen un lugar seguro para hablar y comunicarse es nunca premiando su honestidad con castigos. Si te dijeron la verdad es por algo, y si hicieron algo malo lo importante es hablar sobre el tema y que entiendan la razón por la que ello no es correcto.
3. No dejes de lado tu propia vida
A Gracie le parece que muchas veces los padres ponen demasiada presión sobre sus hijos al centrarse en su rol de padres y dejar de lado su rol como personas del mundo, mujeres, hombres y parejas.
Es por eso que afirma:
“Si quieres que tus hijos confíen en ti, primero asegúrate de tener tu vida resuelta”.
De esta forma tu hijo o hija no se sentirá amenazado por una atención excesiva sobre cada paso que da y tendrá las ganas de contar lo que hace no por obligación, sino para comenzar una conversación honesta y necesaria.
¿Qué te parece? Nunca antes había reflexionado sobre mis años de adolescencia y crianza desde esta perspectiva, pero me parece que tiene mucha verdad. Ya veremos qué pasa cuando yo misma me convierta en madre.