A ti, que te conozco desde hace menos de un año. A ti, que en tan poco tiempo te has convertido en tanto.
Nuestra relación comenzó siendo algo complicada, ¿no? Aún recuerdo la primera vez que escuché hablar de ti: “Me cae genial, es super buen chico”. Esto me lo dijo una persona de mi absoluta confianza y, aún así, yo seguí dudando de ti. Me parecías una persona demasiado complicada y misteriosa, alguien que escondía muchísimas cosas detrás de una simple sonrisa.
Y sí, una vez más la teoría de basarse en las apariencias volvió a fallar y triunfó el tópico: “Las apariencias engañan”. Recuerdo la primera vez que hablé contigo, en ningún momento se esfumó de mi cabeza la idea de que eras una persona misteriosa, pero, sin embargo, apareció una nueva idea: descubrir ese misterio.
Así, poco a poco, nos fuimos conociendo y, como unas cosas llevan a otras, acabamos viendo muchas peculiaridades comunes que nos hicieron unirnos más que nunca. Quién me lo diría, esa persona que no me entró muy gratamente por los ojos la primera vez que supe de él, acabó siendo mi pareja. Pasé contigo poco tiempo pero el suficiente para llegar a tener una absoluta confianza en ti y que te convirtieras en un pilar fundamental de mi vida.
Igual que todo empieza, todo acaba. Decidimos al cabo de unos meses poner fin a esa relación, sin ninguna razón concreta. Pero, ¿quién determina que una vez que se “acaba” el amor, esa persona debe desaparecer de tu vida?. La respuesta es nadie, absolutamente nadie. En mi caso, nosotros decidimos seguir en contacto, pero no el típico trato de cordialidad que tienen muchas parejas, no, al día de hoy, ese chico está a mi lado todos los días, me apoya, me anima, me hace pasar buenos ratos, me quiere. Y yo a él.
No dejes ir a una persona con la que mantienes una relación de pareja, no dejes que todo se esfume, no lo hagas si no quieres hacerlo. Porque si dos personas necesitan la una de la otra, si necesitan estar juntas a pesar del qué dirán y de la relación que hayan tenido anteriormente, esas personas deberán estar unidas para ser felices.