Cuando empecé a ver este video, no sabía muy bien que esperar. No veía nada, no escuchaba mucho y no entendía muy bien qué aparecería frente a mis ojos. De repente, se fue revelando un espectáculo maravilloso que muchas personas tuvieron la fortuna de presenciar hace unos días en La Basílica de San Pedro en la ciudad del Vaticano.
Este ícono de la Iglesia Católica se convirtió en una pantalla gigante para proyectar imágenes del mundo animal tomadas por destacados fotógrafos internacionales.
¿Para qué? Para generar conciencia e inspirar a muchos para que tomen acciones en contra del cambio climático que está destruyendo nuestra Tierra. El evento duró tres horas y se llamó el Fiat Lux: Illuminating Our Common Home. Fue patrocinado por el Banco Mundial y un gran número de grupos humanitarios y filantrópicos. Tal como lo describieron en el sitio web del show, fue un espectáculo público artístico sin precedentes.
Muchas de las especies proyectadas en la fachada diseñada por Miguel Ángel, están en peligro de extinción, lo cual le dio aún más fuerza al show.
Aunque el Vaticano no patrocinó el evento, éste estuvo inspirado en la encíclica del Papa Francisco, en la cual el pontífice (conocido por ser activista a favor de causas como estas), hace énfasis en la importancia de tomar acciones contra el cambio climático. El evento coincidió además con una celebración religiosa llamada el Jubileo: Año de la Misericordia, en la cual se espera que millones de peregrinos lleguen a Roma.

Para católicos y no católicos, este espectáculo fue una iniciativa maravillosa digna de muchos aplausos.
Aunque no faltaron los comentarios negativos. En un reporte hecho por Edwar Pentin, corresponsal del Registro Nacional Católico, asegura que algunos católicos consideraron el espectáculo como un hecho inapropiado por el hecho de utilizar un símbolo del catolicisimo como telón de fondo para fines políticos.

Controversial o no, fue un hecho único y nunca habíamos tenido la oportunidad de ver un lugar así transformado de esta manera.