La abandonaron en una caja, pero ella luchó por su vida. Hoy su transformación es asombrosa

Tenía pocas semanas de vida y estaba al borde de la muerte…poco después los sorprendió a todos. 

Parece insólito que aún exista personas capaces de abandonar a un cachorrito a su suerte, poniendo en riesgo su vida, pero lamentablemente las hay. Peach lo sabe, porque ella misma fue víctima de una de aquellas personas. Con sólo 8 semanas de vida y abandonada a un costado del camino todo lo que podía ver a su alrededor eran las frías paredes de una caja de cartón. Apenas podía moverse, estaba muy débil y de vez en cuando soltaba un sollozo.

Fueron esos ruidos distantes y melancólicos los que llamaron la atención de los trabajadores del Centro de Cuidados de Animales en Nueva York (Animal Care Center NY), quienes se dirigían a su puesto de trabajo en una tranquila mañana en el mes de abril de 2014. Al acercarse a la caja y abrirla, pudieron ver que dentro había un pequeño cachorro sin nombre ni energías suficientes para levantarse. Sabían que el pequeño necesitaba atención médica urgente, de lo contrario no sobreviviría, así que llamaron a la organización Second Chance Rescue (SCR), especializada en casos de severo abuso o negligencia animal.

Denise Diaz, una voluntaria de SCR, recibió el llamado y se apresuró para ir en su búsqueda. Cuando lo vio, quedó impactada. “No se movía, pero ocasionalmente dejaba escapar un pequeño suspiro. Tenía mucho dolor y padecía del peor caso de sarna que había visto. El olor de su piel moribunda quedó impregnado en mi coche por semanas“, cuenta Diaz. En camino al centro de animales, Diaz revisaba cada cierto tiempo la caja para comprobar que la cachorrita siguiera respirando. Le prometió que si sobrevivía, comenzaría una nueva vida. Lo que pudo ser el último día de esta perrita, fue en realidad el comienzo de una extraordinaria transformación.

En el centro le dieron los cuidados que necesitaba. Le hicieron pruebas de sangre, le dieron medicamentos y fluidos, y la bañaron delicadamente para no herirla. La llamaron Peach por su color y uno de los voluntarios del centro la llevó a casa para cuidarla día y noche. De a poco la piel de Peach comenzó a recuperarse, y también lo hizo su espíritu. Se veía más alegre y juguetona, y pronto comenzaron a buscarle un hogar definitivo. Ese día llegó al poco tiempo, cuando un padre de dos hijos llamado Eddie, los contactó a través de una aplicación para adoptarla. Eddie cambió su nombre a Schultzie y desde entonces la ha cuidado como a un miembro más de la familia y comparte a seguidamente fotografías de ella en Facebook.

Aquí puedes verla luciendo un lindo suéter descansando plácidamente:

Schultzie ya lleva poco más de un año viviendo con Eddie y su familia, y a juzgar por las imágenes, al fin ha encontrado un hogar donde recibe el amor y atención que merece.