Hace tres años Mark se contagió de lo que parecía una gripe común y corriente…
“Comencé a sentir un sabor metálico en la boca y una vez que se fue, se llevó consigo todos los sabores de mi boca”
-Mark-
Tras un par de semanas se dio cuenta de que, pese a que sentía los olores, había perdido el sentido del gusto completamente.
¿Cómo ha cambiado su dieta desde entonces?
En la actualidad, prefiere comer alimentos que pueden estar poco tiempo en su boca. Debido a que no es agradable comer alimentos que necesitan ser masticados muchas veces –como un pedazo de carne, por ejemplo– sólo se nutre de comidas ligeras.

Tampoco puede alimentarse por placer, así que los chocolates, las papas fritas o una pizza con doble queso, no tienen sentido para él.

Lo que si percibe son los olores, así que nada mejor que las yerbas aromáticas.

Las especias también son muy importantes. Mark explica que por el hormigueo que producen en la boca, las especias picantes no son algo que pruebas, sino algo que sientes.
La parte negativas, es que la gente lo mira muy raro cuando le agrega chile o mostaza a su cereal del desayuno.

¿Tu qué harías si perdieras el sentido del gusto?
Mirándole el lado bueno… ¿No parece la oportunidad perfecta para comenzar esa dieta que tanto te ha costado?