Esta historia es sencillamente genial. Dos mellizos fanáticos de los juegos de barcos quedaron obsesionados cuando los llevaron a visitar un portaaviones. Ese viaje les cambió la vida. La cosa no quedó ahí: ambos se lograron contactar por mail con uno de los tripulantes de la nave. Él ya es un señor de edad avanzada, pero quedó feliz cuando los hermanos comenzaron a enviarle emails para discutir sobre historia y temas afines.
El siguiente paseo que hicieron fue muy especial. Le hicieron una visita a su amigo veterano en Yorkstown, donde los administradores además prepararon una hermosa ceremonia para festejar esta tan única y valiosa relación:
El caso de estos dos hermanos demuestra que el estudio de la historia puede seguir sorprendiendo a los niños de hoy.

El veterano Robert Hardling recordó sus tiempo de gloria con estos dos pequeños que lo tapaban en abrazos…

¿Qué te pareció esta historia?