Mucha gente dice que estoy loca por ser una mujer soñadora, libre, decidida y capaz de lograr lo inalcanzable. No dudo que algunos tienen razón, pero ¿mi razón dónde queda? Yo también tengo derecho a equivocarme y a sentir que soy libre de tomar mis propias decisiones.
Estoy loca por luchar por mis ideales, por luchar por ser yo misma. A veces somos tan vulnerables e inseguras con nosotras que no creemos ser capaces de ir más allá y pintar una vida diferente con nuestros propios colores. Démosle la oportunidad a nuestro instinto de mujer y disfrutemos de lo diferente pero auténtico. La libertad es parte de sentirse sin ataduras, sin nada que te corte las alas, si quieres volar a otro norte u otro sur, ¡hazlo!
No hay nada ni nadie que te detenga en esta nueva ruta que emprendes hoy. Tal vez mi norte es lo diferente; es lo creativo, lo que me llena ese vacío que siento cada día al despertar. Soy loca por imaginar un destino lleno de retos, de historias nuevas, de un nuevo amor y hasta de un nuevo entorno.
Soy soñadora porque es lo único que hará que luche sin cansancio, sin importar los días grises o lluviosos, son mis sueños, son mis metas y soy la única persona que los hará posible.
Quiero decir mañana que no dejé pasar la vida sin dejar unas cuántas huellas en el camino, eso que es únicamente mío y que mis decisiones fueron simplemente lo que creí que era mejor para mí porque a veces pensamos más en los demás que en uno mismo.
Quiero pensar que estoy loca por dirigirme hacia lo imposible, sin miedos, con coraje, con fuerza, con pie firme y decidida; quiero pensar que estoy loca.