Esta historia no sólo sorprende por su brutalidad, sino porque justamente Nueva Zelanda fue el país que hace poco informaba que reconocía oficialmente los sentimientos de los animales.
Día a día denunciamos a seres humanos crueles e insensibles que cometen horribles abusos contra el mundo animal, pero esta historia nos deja sin palabras y nos entristece profundamente. Farmwatch, un grupo que se dedica a defender los derechos animales, subió recientemente un video que revela el terrible maltrato que sufren algunos animales que pertenecen a la industria láctea de Nueva Zelanda.

El video (que no mostraremos por razones editoriales) fue grabado en secreto por la organización y muestra a los trabajadores lanzando a los terneros en camiones, tomándolos por los tobillos, golpeándolos con martillos, arrastrándolos por el suelo y lanzándolos sobre montones de cadáveres, con pilas de terneros muertos de esa horrible forma. Esas tomas fueron grabadas en Waikato, a 150 kilómetros al sur de Auckland, en 30 granjas, dato que lo hace aún más alarmante.

El jefe ejecutivo de la industria láctea DairyNZ, Tim Mackle, ha realizado las siguientes declaraciones:
“Estamos consternados y los granjeros también. Les pediremos explicaciones a todos los involucrados”.

La noticia de Farmwatch no solamente ha impactado a los ganaderos, las autoridades políticas también han declarado que el tema es grave y que se debe investigar. El Primer Ministro Interino de Nueva Zelanda, Bill English, declaró que esta revelación avergüenza a la industria ganadera del país y que es necesario ponerle atención inmediatamente. Describió las prácticas señaladas como “bastante horribles” y no aceptables.
Los granjeros no necesitan de los terneros, entonces los maltratan y los asesinan.
De acuerdo a la investigación que realizó Farmwatch, el video revela una práctica cruel y usual entre los productores de leche: las vacas deben parir terneros para producir leche, sin embargo, los ganaderos no quieren que los bebés se tomen la leche de sus madres, la necesitan para la industria. Entonces toman la decisión de deshacerse cruelmente de los pequeños. Los animales nacen en potreros embarrados, sin refugios donde guarecerse y luego son dejados en cajas al lado de la carretera, en espera de su triste destino.

“Ninguna sola vez vimos a terneros tratados con delicadeza durante toda la investigación”.

La industria lechera es clave en Nueva Zelanda, una marca que los distingue como país, esperamos que pronto esta situación sea solucionada.
Los derechos de los animales deben ser respetados siempre y sin excusas.